miércoles, 16 de julio de 2008

UNIDOS POR EL COMPROMISO DE PASARLA BIEN SIN BEBER ALCOHOL

Más de 200 chicos impulsan una campaña que promueve divertirse sanamente. Chicos y chicas de entre 15 y 19 años se sumaron a una iniciativa que apunta a romper el mito de que "el que no toma es aburrido"
"No soy menos capo; me divierto mucho sin necesidad de depender del alcohol", aseguró Phileas Ketelhohn, de 18 años, uno de los inspiradores de la campaña Me divierto sin alcohol, organizada y protagonizada por jóvenes de entre 15 y 19 años.
La idea surgió en un encuentro del que participaban Phileas y su compañero Marcos del Campo. Como muchos jóvenes, ellos salen a bailar los fines de semana y en cada fiesta a la que van el alcohol es protagonista de la noche.
Una carta que había escrito un compañero, fallecido durante una intervención quirúrgica el verano pasado, en la que contaba su deseo de ser "auténtico" frente a tantos jóvenes que se alcoholizan en las fiestas, fue el puntapié inicial del proyecto.
Estos jóvenes se propusieron revertir las estadísticas que dicen que más de la mitad de los adolescentes toman alcohol. Cansados de sentirse presionados para "seguir a las masas", los chicos iniciaron una campaña con el objetivo de "romper el mito" según el cual "si no tomás, sos aburrido".
Más de 200 jóvenes de distintos colegios de Buenos Aires ya firmaron un "contrato" voluntario en el que se comprometen a divertirse sin alcohol. El lanzamiento de la campaña se hizo el 30 de junio en el Colegio San Juan el Precursor, de San Isidro, y cuenta con el apoyo de la Fundación Proyecto Padres.
Como parte del compromiso de aprender a divertirse sin alcohol, los chicos entregan a quienes se sumen remeras con el lema de la campaña. "No es un ataque al alcohol: lo que queremos es romper el preconcepto de que si no tomás, «no existís»", dijo Felipe Julianes, de 16 años.
En un encuentro con La Nacion, estos jóvenes contaron cómo viven la presión de divertirse en las salidas nocturnas sin dejar de ser "auténticos". "La publicidad te dice que si no tomás, «sos un gil»; hay muchos adultos que les venden alcohol a menores y no hay fiesta en la que no se tome", explicó José Pollitzer, de 18 años, otro de los jóvenes que se comprometieron a terminar con el mito del alcohol.
"Todos saben que es mentira que tomar te hace más «cheto», pero a nuestra edad es difícil querer actuar distinto del resto", contó Male Mayer, de 15 años.
Romper los mitos
Cuando los chicos salen a bailar, ponen en juego una serie de supuestos entre los cuales se encuentra la "obligación" de tomar alcohol. Luego de varias charlas con adolescentes, el psicólogo Arturo Clariá, que forma parte de la Fundación Proyecto Padres, armó el "top 10" de lo que los chicos sienten que se debe hacer en un boliche. Las principales premisas, según lo que los jóvenes le contaron, son: llegar "entonado" al preboliche, demostrarles a todos que uno la está "pasando muy bien" y tener siempre un trago en la mano.
"Circula el mito de que hay que tomar para ser más divertido, y esto afecta a chicos cada vez más jóvenes", sostuvo Clariá. "Estos chicos que armaron la campaña no son distintos del resto, sino que son los que se animan a demostrar que hay otras formas de divertirse", agregó.
Eduardo Cazenave, director del San Juan el Precursor, es uno de los adultos que apoyan la iniciativa. "Las noticias siempre hablan de la cantidad de jóvenes que se emborrachan, de que son violentos. Pero los que debemos darles espacios para una diversión sana somos los adultos", opinó.
En muchos hogares se repite cada noche la escena del padre o de la madre que no logran dormirse hasta que pasan por el cuarto de sus hijos y constatan que volvieron sanos y salvos del boliche. "Tener una mayor certeza de que los chicos se están divirtiendo sanamente es un gran alivio para los padres", opinó Cazenave.
Carolina, mamá de Phileas, contó que, si bien al principio se sorprendió de la iniciativa de su hijo, ella está convencida de que la mayoría de los jóvenes "están hartos de vivir en una sociedad que gira alrededor de los intereses creados" en cuanto al consumo de alcohol. "Los chicos son naturalmente sanos, lo que los pervierte es el contexto", dijo Carolina, orgullosa del empeño de su hijo en difundir que hay formas sanas de diversión para los jóvenes.
En cuanto a la meta que se proponen los chicos con la campaña, Male lo sintetizó de la siguiente manera: "Así como se impuso la moda de tomar alcohol, nosotros vamos a imponer la de divertirse sanamente".
Por Sol AmayaDe la Redacción de LA NACION

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